A través de declaración pública, diversas iglesias y organizaciones cristianas manifestaron su preocupación por la creciente crisis humanitaria que se está viviendo en Chile, especialmente en la zona norte, así como en la frontera de México y Estados Unidos.
Respecto del primer caso, en el que durante la madrugada del 24 de septiembre, Carabineros cercó y desalojó el campamento migrante instalado en la Plaza Brasil de Iquique y donde, al día siguiente, chilenos y chilenas culminaron una marcha quemando las pertenencias de familias migrantes en situación de calle, “hacemos un llamado al Gobierno a tomar medidas reales y eficientes para gestionar esta crisis humanitaria”, señala el comunicado.
“El gobierno no puede pretender que desalojar campamentos y expulsar migrantes sea la solución, más bien, es una medida inhumana y anti bíblica. Los migrantes se encuentran en situación de calle, y desalojarlos, quemando sus pertenencias, sólo los deja en una situación aún más desesperada. Mientras que expulsarlos es no tener una política humanitaria y compasiva que, como cristianos, instamos que se debe aplicar para ayudar a estas familias que huyen de sus países en búsqueda de un mejor futuro”, indica el texto.
En lo que dice relación con el segundo caso, que involucra a decenas de migrantes haitianos que han dejado Chile para buscar un mejor destino en Estados Unidos, “comprendiendo la situación desesperante de la que vienen huyendo estas familias, urge dar solución al estancamiento social que viven en nuestro país producto de las escasas posibilidades de regularizar su situación migratoria y así poder de forma rápida integrarse a nuestra sociedad”.
“Para muchos migrantes haitianos les es imposible regularizarse ya que les piden documentos que se consiguen en su país, y por la situación en Haití, es muy difícil obtenerlos, por lo que están desesperanzados sobre la posibilidad de regularizarse. Por otra parte, los servicios de extranjería no tienen el apoyo suficiente para dar abasto y responder a tiempo a todas las solicitudes, lo que inmediatamente precariza las condiciones de vida de las familias extranjeras”, sostienen las organizaciones y personas firmantes de la declaración, entre ellas, la Misión Migrante Chile, la Iglesia Evangélica Luterana, el Colectivo Apruebo Evangélico, la Asociación de Pueblos Originarios de Villa Alemana (ADEPO) y la abogada de derechos humanos Rosemarie Bornard Jarpa, de la Iglesia Metodista.
Junto con esto, llamaron a las iglesias cristianas “a actuar según los principios del evangelio, a denunciar esta situación discriminatoria y por amor a nuestro prójimo hacer todo lo posible para poder mitigar el dolor de nuestros hermanos migrantes”.
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Fuente: Diariolaquinta.cl